lunes, 7 de julio de 2014

El 88% de los adolescentes dedica poco tiempo a realizar actividades culturales y educativas​

Las actividades culturales como ir al cine y al teatro, leer o estudiar, se encuentran a la cola de los intereses de los jóvenes españoles. Según un ranking elaborado por Keepunto, los propios adolescentes son conscientes de que le dedican poco tiempo a este tipo de actividades pero, aun así, no le dedicarían más. A lo que sí dedicarían más horas, si las tuvieran, sería a los amigos y al deporte.

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La actividad a la que los adolescentes le dedican más tiempo es a “estar/jugar” con los amigos (el 82,9% percibe que le dedica bastante o mucho tiempo). Le siguen de cerca “estudiar” (79,2%), “dormir/descansar” (76,8%), “usar el móvil” (76,4%) o “chatear/redes sociales” (75,3%).

Si bien, a medida que los adolescentes van creciendo, van dejando paso a tareas que tienen que ver más con las tecnologías y con las relaciones sociales (usar el móvil, chatear, redes sociales) en detrimento de tareas más clásicas como estudiar o hacer deberes y descansar, que pasan a los últimos puestos. Muy en la cola están tareas como ayudar en las labores del hogar (40,9%), leer (32,9) o ir al cine o a otro tipo de espectáculos (12,5).


Solamente dedicarían más tiempo a los amigos y a hacer deporte

En general, los jóvenes están satisfechos con el tiempo que le dedican a cada actividad a lo largo del día. Y aun sabiendo que dedican pocas horas a las actividades culturales, solo dedicarían más a estar con los amigos (un 44,5% de los adolescentes) y a hacer deporte (un 34,2). El carácter social de las actividades del adolescente prevalece, por encima incluso de otros pasatiempos como los videojuegos, a los que sólo el 14,3% de los adolescentes dedicaría más tiempo, y muy por encima de las actividades culturales (12,8%).


En palabras de Raúl de la Cruz-Linacero, fundador y CEO de Keepunto, “Lo que realmente reflejan los resultados de nuestro estudio, es la necesidad de que padres, tutores e instituciones se apunten al aprendizaje invisible. Es decir, nuestros jóvenes hacen lo que hace la juventud, socializar y estudiar, pero, además, los nuevos tiempos les sumergen de lleno en las nuevas tecnologías, cuyo uso pasa a ser su principal entretenimiento. Entonces, ¿por qué no adaptar los métodos de aprendizaje a los tiempos que viven y usar las nuevas tecnologías para ello? Si, además, lo hacemos a través de fórmulas de gamificación, les motivaremos y conseguiremos que realicen no solo actividades culturales, sino intelectuales, físicas, de habilidades y competencias…, y adquieran conocimientos en un entorno dinámico y divertido, que les haga aprender casi sin darse cuenta de ello”.

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